sábado, 23 de julio de 2011

Una suave brisa acarició mi piel, la silueta de unas tijeras plateadas seducía mis ojos, las tomé con suavidad, lenta y sutilmente hacia mi cuello, un suspiro eterno rompió el tiempo y me sentí libre. Observé la sangre recorriendo mi cuello y manchando la alfombra… ya no tenía miedo era capaz de volar, era feliz……….
La angustia recorría mi cuerpo centímetro a centímetro, no sentía el pulso , la sangre que recorría mis venas era tan fría … la ansiedad vagaba por mi piel, la desesperación era tal que sólo quería arrancarme el cabello y ahogar la miseria que sentía en un grito.
Las horas parecían no transcurrir, estaba vacía,  ya no tenía nada, no sentía nada,  te lo había llevado todo, quité tu brazo que rodeaba mi cuerpo y me levanté de la cama, miré en el espejo y no reconocí  la figura que observaba: la imagen estaba borrosa; había adquirido el color de aquella habitación obscura, me perdí en los recuerdos  y en los destellos de luz que observaba en mis ojos , no sentía más dolor , no había más  recuerdos.

miércoles, 20 de julio de 2011

  
La angustia recorría mi cuerpo centímetro a centímetro, no sentía el pulso , la sangre que recorría mis venas era tan fría … la ansiedad vagaba por mi piel, la desesperación era tal que sólo quería arrancarme el cabello y ahogar la miseria que sentía en un grito.
Las horas parecían no transcurrir, estaba vacía,  ya no tenía nada, no sentía nada,  te lo había llevado todo, quité tu brazo que rodeaba mi cuerpo y me levanté de la cama, miré en el espejo y no reconocí  la figura que observaba: la imagen estaba borrosa; había adquirido el color de aquella habitación obscura, me perdí en los recuerdos  y en los destellos de luz que observaba en mis ojos , no sentía más dolor , no había más  recuerdos.
Tus palabras lascivas rompían en el espacio, tus labios y tu húmeda lengua recorrían mi oído, tu voz se perdía en el silencio, la última gota de luz se acabó.
Con la mirada baja  y agachada ante tu figura, levanté la cabeza y me perdí en tus ojos hipnotizaste s . Me miraste como un niño a un insecto ante de cortarle las alas. Una lágrima negra recorrió mi rostro y pasaste tu mano áspera sobre mi cara.
Me perdí en el  silencio de aquella habitación grisácea, con penetrante humo de cigarro y desgarrador y penetrarte aroma a locura. Mis ojos fijos miraban el techo.
En medio de aquella habitación las paredes se deformaban ante mí, los muros se deshacían como la cera de una vela,. Aquel lugar antes mágico se convertía en un plano inmenso, con papel tapiz a rallas blanco y negro donde caía lentamente al abismo.